¿La presencia de El Niño significa sequía para la agricultura en México?
Los eventos climáticos de El Niño o de La Niña son temas que el sector agrícola relaciona frecuentemente con una variación importante del clima y muchas veces se asocian con la ausencia prolongada de lluvia y el desarrollo de sequías, las cuales pueden tener un fuerte impacto en la agricultura. Los eventos de El Niño ocurridos en 1982-1983 y de 1997-1998, por ejemplo, tuvieron un gran impacto económico en la agricultura de México, con la reducción de las lluvias y el desarrollo de sequía que afectaron fuertemente la agricultura, la ganadería y el área forestal. Sin embargo, la gran sequía ocurrida en los años 2011-2012 no estuvo asociada con la presencia de El Niño y si un poco con la presencia de La Niña. Asimismo, otros eventos de El Niño, como el de 2015-2016 no redujo las lluvias de manera significativa en México.
Se ha encontrado hasta ahora que la ocurrencia de sequías, inundaciones u otros desastres relacionados con el clima no siempre están relacionados con la presencia de El Niño o de La Niña, como es el caso de México, en donde no se tiene una señal o relación muy directa. Sin embargo, el conocimiento con suficiente anticipación de condiciones de sequía o de exceso de lluvias es más previsible en años con El Niño o con La Niña y permite contar con información para toma de decisiones a tiempo.
De acuerdo con la información de los centros climáticos internacionales, se prevé un posible desarrollo de El Niño a partir del segundo semestre de 2023, el cual podría afectar el régimen de lluvias en México. En este artículo se describe de manera concisa los eventos de El Niño y de La Niña, su efecto en la precipitación, y su impacto potencial en la producción agrícola de México.
¿Que son El Niño y La Niña?
El Niño y La Niña son eventos climáticos que influyen en el clima a nivel global, pero no son los únicos. El Niño y La Niña ocurren por el calentamiento o el enfriamiento anormal del agua del Océano Pacífico tropical, respectivamente. La NOAA define un evento de El Niño (o La Niña) cuando la temperatura de la superficie del mar es al menos 0.5°C por arriba o por debajo de lo normal durante cinco períodos consecutivos promediados de tres meses. Los eventos de El Niño y La Niña tienden a desarrollarse entre los meses de abril y junio y alcanzan su máxima intensidad entre octubre y febrero. Tienen una duración típica de entre 9 y 12 meses, aunque pueden durar hasta 2 años y su recurrencia no está claramente definida, pues puede ser entre 2 y 7 años. Estos fenómenos suceden recurrentemente entre cada 2 y 7 años y modifican el comportamiento del clima de todo el planeta.
Predicción de El Niño en 2023
De acuerdo con información de centros internacionales de monitoreo y pronóstico del clima, se prevé la presencia de un evento de El Niño en el segundo semestre de 2023, con una probabilidad de ocurrencia arriba del 50% a partir del mes de julio (ver gráfica).
De continuar esta tendencia y aumentar la probabilidad de ocurrencia de este evento climático, la presencia de El Niño podría tener un impacto importante en el régimen de lluvias en México y como consecuencia afectar la agricultura. Es importante mantenerse informado de la evolución que este evento de El Niño pueda tomar en los próximos meses para tomar las medidas de prevención que sean necesarias.
¿Como afecta El Niño el régimen de lluvias en México?
El evento de El Niño tiene efectos más directos en los países más cercanos a la región del Océano Pacífico tropical, como es el caso del norte de Perú, Ecuador, Colombia y la región Centroamericana. Sin embargo, en otros países más alejados el impacto es variable. En algunos países y regiones como Brasil, Australia, Indonesia y Centroamérica, puede causar fuertes sequías en ciertas regiones, en cambio, en otros países como Perú, Ecuador y Argentina los impactos son exceso de lluvias que pueden provocar inundaciones en los campos agrícolas o causar daños a la infraestructura. En México, la señal de El Niño como se mencionó anteriormente no siembre es una indicación de la presencia de sequía, aunque la señal promedio de El Niño en los meses de verano indica una tendencia de disminución de lluvias (ver mapas anexos). La tendencia de disminución y magnitud promedio de las lluvias, se espera sea de 50 a 250 mm menos por trimestre según la región. Las regiones que pueden ser más afectadas en México durante el próximo ciclo de lluvias por la presencia de El Niño son la Costa Centro-Sur del Pacífico en particular Guerrero, Oaxaca y Chiapas y la región del Golfo de México, en especial la zona de La Huasteca.
La ocurrencia de El Niño no solamente puede tener impacto en el temporal de lluvias. Las lluvias invernales también pueden tener un efecto sobre todo en la región Noroeste del país. En el evento de El Niño 2015-2016 se registraron lluvias extraordinarias en el mes de marzo de 2016, las cuales provocaron brotes de enfermedades ya erradicadas que afectaron el trigo en Sonora y el sorgo en la región de El Bajío.
El Niño también tiende a reducir el número de huracanes en la región del Océano Atlántico, lo cual puede tener un impacto en la reducción de las lluvias en México durante la temporada de huracanes que abarca todo el temporal de lluvias.
¿Qué puede hacer el agricultor?
La reducción de la precipitación durante el temporal de lluvias tiene impacto en la agricultura y en la ganadería, con la reducción de la disponibilidad de agua, pero también en la producción agrícola de cultivos que dependen del agua del temporal de lluvias.
Una eventual disminución de la cantidad y posiblemente también de la distribución de lluvias, implica un cambio en la tecnología de producción de cultivos. La siembra de variedades de ciclo más corto, (tolerantes a periodos con déficit de humedad) y menor cantidad de plantas por ha, podría ser una estrategia a seguir, así como una reducción en la cantidad de fertilizante a aplicar).
La disminución de la precipitación y periodos secos también podrían eventualmente favorecer o acentuar el brote de plagas en varios cultivos.
La predicción de El Niño es una predicción a largo plazo, la cual puede complementarse con predicciones climáticas mensuales de precipitación, extendidas a 3 meses y con actualización mensual.
Las predicciones climáticas proporcionan información más precisa sobre la tendencia y magnitud esperada que tendrá no solamente la lluvia, sino también la temperatura, con las cuales, el agricultor y el sector agrícola puede tomar decisiones sobre la tecnología agrícola más resiliente al impacto de la variabilidad climática.
Sobre el tema de El Niño, los pronósticos climáticos y temas relacionados, así como su aplicación en la producción agrícola, ver www.climaproagro.com