La información climática ahorra agua en la agricultura

El pasado 22 de marzo se celebró el día mundial del agua. Como en otras ocasiones se hizo un llamado al ahorro del agua a todos los sectores económicos y sociales. El agua es un elemento finito, es decir, se podría terminar. Si bien, a través del ciclo del agua hay una renovación cada año, lo cierto es que se extrae más del agua subterránea almacenada en mantos acuíferos subterráneos, que la que se recupera en dichos mantos. Esto ha creado un déficit y una sobrexplotación en muchas regiones de México. En este artículo presentaremos información sobre el panorama del agua en el mundo y en México y su uso, el índice de estrés de agua que se incrementa cada día en México, y el uso de información climática para economizar el agua en la agricultura.

 Panorama del agua en México y en el mundo y su uso

 La distribución de agua en la tierra según datos de la Organización Meteorológica Mundial, el 97% es agua de mar y el 3% solamente, corresponde a agua dulce. Las fuentes de agua dulce son los polos, los glaciares y la nieve con el 87%; 12% es agua subterránea y solamente 1% está en los ríos y lagos. A nivel global, del agua disponible en promedio, 10% es para uso doméstico, 20% para uso industrial y 70% para la producción de alimentos (agricultura irrigada).

 En México la distribución del agua de acuerdo con datos de la FAO en el periodo de 2001-2005, la industria y la población utilizaban el 23.3% y la agricultura usaba el resto, es decir, el 76.7%. Veinte años más tarde para el quinquenio de 2016-2020 el consumo de la industria es del 10%, de la población el 14% y de la agricultura el 76%, este último, un porcentaje por encima de la media mundial que es aproximadamente del 70%.

 El estrés hídrico en México

 Un indicador de seguridad hídrica es el denominado índice de estrés hídrico, el cual resulta de dividir el total de agua dulce que se extrae por año (agua subterránea más agua superficial), entre el total de los recursos renovables de agua restados del agua que se asigna para el ambiente. El cociente que resulta se multiplica por 100 para expresar el índice de estrés hídrico (IEH) en porcentaje.

De acuerdo con datos de la FAO, México cuenta con 462 km3 de agua renovable que proviene de agua subterránea y agua superficial de ríos y vasos de almacenamiento. De esos recursos disponibles de agua renovable, México extrajo en promedio en el quinquenio de 2016-2020 un promedio de 88.3 km3/año, de los cuales, como dijimos antes, el 24.1% (21.32 km3/año) en promedio, fue para abastecer la demanda de la población y la industria, y el 75.9% (67.11 km3/año) en promedio, fue utilizado en la agricultura.  Con los valores anuales agrupados en quinquenios se construyó una gráfica que muestra la tendencia y magnitud del índice de estrés hídrico en México, así como la extracción de agua de agua total en los últimos 20 años.

El índice de estrés hídrico se ha incrementado de 27.6% a 40% en los últimos 20 años. Estos valores son el promedio nacional, lo cual quiere decir que hay regiones con un índice de estrés hídrico más alto en el norte, noroeste, noreste y centro de México. Las regiones en el sureste de México tienen índices de estrés más bajos, pues se dispone de más agua. Conforme a los indicadores de estrés hídrico a nivel internacional, se considera que valores por debajo de 25% no representan escasez de agua, valores entre 25 y 60% representan niveles variables de escasez de agua y arriba de 60% niveles con alta escasez de agua. Se observa también que la extracción total de agua ha ido en aumento, de 73.6 km3 en el quinquenio 2001-2005, hasta 88.4 km3, en el quinquenio de 2016-2020. Estas cifras representan el 15.9% y el 19.1%, respectivamente, del agua extraída con respecto al total de recursos renovables de agua en México.

 Como se indicó anteriormente, la agricultura es el principal usuario del agua. En México el porcentaje es aproximadamente de 76% del total de agua extraída cada año de vasos de almacenamiento, ríos y aguas subterráneas. Este porcentaje, de acuerdo con datos de la FAO, se ha mantenido prácticamente constante en los últimos 20 años, sin embargo, la extracción de agua anual se ha incrementado de 52.6 km3 en 2001 a 67.8 km3 en 2020, aproximadamente un 22 %. Para tener una mejor idea de los que significa 1 km3 de agua, ponemos su equivalente a continuación: 1 km3 = 1 billón de m3 = 1000 millones de m3 = 109.

Por lo anterior, se considera que el sector agrícola como principal usuario del agua, debería utilizar métodos y prácticas que ayuden a economizar el agua, las cuales no solamente son para beneficio y seguridad hídrica del propio sector, sino también para otros sectores, la población, el sector ambiental y la industria.

 ¿Como puede ayudar la información climática a economizar el agua en la agricultura?

 Hay varias formas que se pueden poner en práctica para economizar el agua en la agricultura. Una de ellas es el uso de información climática. El consumo de agua por los cultivos anuales y perennes depende de las condiciones climáticas de cada región y de la época del año (ver mapa nacional, como ejemplo).  La demanda de agua o llamada también evapotranspiración en términos técnicos se estima con 4 elementos climáticos: la radiación solar, la temperatura, la humedad ambiental y el viento. Estos elementos climáticos se registran en muchas estaciones agrometeorológicas instaladas a lo largo del país. También puede ser estimada mediante datos climáticos registrados diariamente por satélites meteorológicos, los cuales se ponen a disposición.

Para ilustrar la demanda de agua de un cultivo, supongamos que las condiciones climáticas del predio agrícola son de cielo nublado con poca radiación solar, humedad ambiental alta, tiempo frio y viento débil, la demanda en estas condiciones puede ser de unos 2 mm (2 litros de agua/m2). Esto traducido a las necesidades de un árbol de aguacate, por ejemplo, con una superficie de humedecimiento del suelo de 12.5 m2 requerirá 25 litros de agua por día, en una semana serán 175 litros por árbol. Por el contrario, si las condiciones climáticas corresponden a cielos soleados con alta radiación solar, temperatura alta, ambiente seco con humedad ambiental baja y con condiciones de viento. La demanda de agua puede ser de 5 o más mm por día (5 litros de agua /m2). Esto traducido otra vez, a las necesidades de un árbol de aguacate con una superficie de humedecimiento de 12.5 m2 requiere 62.5 litros por día, y 437 litros de agua)/ árbol por semana.

¿Que hizo diferente la demanda?, las condiciones climáticas diferentes. Por esta razón es importante conocer las condiciones climáticas en que se desarrollan los cultivos para el manejo eficiente del agua. Desde luego, es necesario mencionar que la cantidad de agua a aplicar depende también de cuanta humedad tiene el suelo y de la etapa de desarrollo de los cultivos. En el periodo de floración y desarrollo de los frutos la demanda de agua es mayor. En los cultivos anuales como maíz o trigo, también, es la etapa de floración y desarrollo de los granos cuando la demanda de agua es mayor.

 

Tipos y formas de uso de la información climática para economizar agua en la agricultura

 La información climática en forma de índices agroclimáticos como la evapotranspiración, o de pronósticos de lluvia, son herramientas necesarias para economizar agua en la agricultura. La estimación de la evapotranspiración (demanda de agua) en una región ayuda a conocer la demanda de agua de un cultivo ya sea anual o perenne. Esta demanda de agua se puede comparar con la lluvia total y su distribución y de esta manera conocer, no solamente cuanta es el agua adicional que se necesita, sino también, cuando se necesita. Esta información se puede calcular a nivel diario. Para un productor de cultivos frutales, le ayuda también a definir de una manera precisa el periodo seco y el periodo húmedo para un programa de riego.

Los pronósticos de lluvia estacionales proporcionan al agricultor información sobre la tendencia de la lluvia (por arriba o por debajo del promedio histórico) y la magnitud de la lluvia esperada. Con esta información es posible hacer una planeación a largo plazo del agua necesaria para riego. Los pronósticos de lluvia a nivel mensual proporcionan información un poco más precisa. Por ejemplo, el mes de junio en muchas regiones de México, según el pronóstico de lluvia, podría aportar parte del agua necesaria para riego, de acuerdo con la cantidad de lluvia esperada.

Por otra parte, los pronósticos de lluvia a 7 días proporcionan información aún más precisa sobre la lluvia esperada, con la cual se pueden programar los sistemas de riego tomando en cuenta el agua de lluvia que se espera en los próximos 7 días. Los pronósticos hoy en día pueden elaborarse para su uso y aplicación, a nivel de una región agrícola o aun a nivel del predio del agricultor.

 Para más información sobre este tema u otros relacionados con el uso de la información climática en la agricultura, contactar Climaproagro www.climaproagro.com

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