Impacto del temporal de lluvias en la agricultura de México en 2023

El temporal de lluvias en 2023 estuvo por debajo de la media histórica causando gran impacto a la agricultura en muchas regiones de México. Las precipitaciones registradas en el periodo de enero a septiembre de 2023 estuvieron por debajo de la media histórica, con reducciones en los rangos de 0 a 50% y de 50 a 75% en la mayor parte del país, y en algunas zonas mayores al 75% (ver mapa anexo). Sólo en algunas áreas puntuales las precipitaciones fueron superiores al promedio histórico. Esta reducción de las precipitaciones tiene efectos directos en la producción agrícola, la ganadería, los bosques, y en la recuperación del llenado de las presas, en la reducción de los niveles de los lagos y el aumento de la extracción de aguas subterráneas. En este artículo presentamos información de la lluvia en México en 2023 y su impacto en la agricultura de temporal, y en la agricultura de riego. También, se indican las causas de la reducción de la lluvia, así como algunas acciones que se pueden tomar para prevenir situaciones similares en el futuro.

 Impacto en la agricultura de temporal

Las precipitaciones registradas en el periodo de mayo a septiembre de 2023, periodo importante para la agricultura de temporal en México, estuvieron por debajo de la media histórica, con reducciones en el rango de 0 a 50% en la mayoría del país, de 50 a 75% en algunas regiones, y hasta el 100% en áreas puntuales del norte de México.  Sólo en pequeñas áreas las precipitaciones han sido superiores a la media.  Los niveles de lluvia registrados en el periodo de mayo a septiembre en regiones agrícolas de Chihuahua, Durango, Zacatecas, Aguascalientes, La Huasteca y Guanajuato, por mencionar algunas, han sido en el rango de 200 a 400 mm equivalentes a índices de humedad agrícola (IHA) deficientes de humedad y muy deficientes (ver mapa y tabla). En algunas regiones como Chihuahua, no se pudieron realizar siembras de frijol o avena por falta de lluvia y humedad en el suelo. En otras regiones agrícolas de Jalisco, Michoacán y Guanajuato las lluvias estuvieron en el rango de 200 a 400 mm y de 400 a 600 mm, equivalentes a índices de humedad agrícola insuficientes y ligeramente deficientes (ver mapa y tabla).

 Al observar el mapa de Índice de humedad agrícola a lo largo del país, se puede apreciar que todas aquellas regiones con IHA ligeramente deficiente y deficiente, se esperan reducciones significativas en la producción agrícola. Esto significa importantes reducciones en la producción de cultivos básicos como maíz, frijol, sorgo, avena y otros.

La escasez de lluvias también ha tenido un fuerte impacto en la ganadería, con la poca recuperación de aguajes y pastizales para el ganado. La producción frutícola que depende del temporal de lluvias también se vió afectada por la baja precipitación y por la onda cálida registrada en el mes de junio. 

 

Impacto en la agricultura de riego

 La reducción de las lluvias en 2023 tiene un impacto directo en la agricultura de riego, ya que una buena parte de la superficie sembrada depende del agua almacenada en las presas. La situación del llenado de presas al final de septiembre tenía un déficit de 31%, equivalente a 26,520 millones de metros cúbicos (Mm3). Este déficit afectará mayormente a las regiones agrícolas de Sinaloa, (50% de llenado de presas), Tamaulipas (36% de llenado de presas) y Sonora (70% de llenado de presas).  Como mencionamos en un artículo en el número de mayo pasado de TF, es importante, ahora más que nunca optimizar en lo posible el uso eficiente del agua en la agricultura.

¿Las causas?

 Primeramente, debemos mencionar que nos encontramos en un periodo con la presencia del evento climático de El Niño, el cual fue declarado oficialmente el mes de mayo de 2023, entre otros organismos por la Organización Meteorológica Mundial. El evento de El Niño como se sabe tiene un efecto en las lluvias. En México la tendencia más común es un descenso en las lluvias en el verano, sobre todo en las regiones del Centro, Golfo de México y Sureste. En esta ocasión, sin embargo, el impacto de El Niño se extendió prácticamente a todo el territorio nacional.

En el mes de junio se tuvo la presencia de una onda cálida que además de elevar la temperatura durante unas 3 semanas a niveles arriba de 30 o 40 grados, según la región, no se registraron lluvias en este periodo, a excepción de algunas en la región Sureste, principalmente en Chiapas. La onda de calor impidió la entrada de nubosidad y por lo tanto de lluvias, las cuales iniciaron los últimos días de junio en algunas regiones.  Una característica del cambio climático es la presencia de eventos extremos, en este caso de una fuerte onda de calor que se sumó a la presencia de El Niño y tuvo  un impacto mayor, no solamente en la agricultura, sino en todos los sectores económicos y sociales.

 

¿Qué se puede hacer?

 Ante la situación anterior del impacto de la reducción de lluvias para  la agricultura, tanto de temporal como de riego, es importante entender las causas por las cuales este déficit de lluvias ocurrió. El cambio y variabilidad del clima imponen un manejo diferente de la agricultura, la cual no se puede hacer repitiendo las mismas prácticas agrícolas cada año. Es necesario que el agricultor, las empresas agropecuarias y las instituciones, se mantengan informadas de las condiciones climáticas que se prevén para con ello tomar medidas preventivas. Por ejemplo, en Climaproagro hemos elaborado el pronóstico de lluvias para los próximos 3 y 6 meses, los cuales, indican una baja probabilidad de lluvias significativas en ese periodo de tiempo. Por lo tanto, los sectores de la población, la industria y desde luego de la agricultura tendrán que hacer un uso más eficiente del agua escasa en esta temporada.

 Para más información sobre este tema y otros relacionados con la aplicación del clima en la agricultura, ver: www.climaproagro.com

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